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Vamos a ser millones de madres zombis

"VAMOS A SER MILLONES DE MADRES ZOMBIS"


"Antes no sabía el dolor de los padres que rogaban para que se haga justicia por los asesinatos de sus hijos. Ahora soy una de esas madres. Si esto sigue así, en poco tiempo, vamos a ser millones de madres zombis por los hijos que nos mataron", reflexiona, con dolor, Karina Gandolfo, sobre la extrema violencia delictiva por la que atraviesa la sociedad argentina. A su hijo, Matías Gandolfo, de 19 años, lo mataron cuando salía del gimnasio el lunes pasado en Villa Bosch, en el partido de Tres de Febrero, de cinco puñaladas cuando se resistió a ser asaltado.

"No puedo creer lo que le hicieron. ¿Por qué lastimarlo tanto? Luego de la primera puntada en la cabeza, Matías cayó al piso y el asesino lo apuñaló otras cuatro veces", sostiene, entre lágrimas desgarradoras, la madre, que se encuentra rodeada por su marido, Ricardo, y varios familiares.


"¿CÓMO SOPORTAR EL ASESINATO DE UN HIJO"?

"Para que la investigación no quede incompleta queremos ir más profundo y saber también por qué ocurrió. Nos están matando a nuestros hijos", enfatizó Eduardo Tonello, padre de Pablo, el joven asesinado en la Avenida del Libertador y Lacroze, en Palermo, cuando quisieron robarle la bicicleta.

La fe en Dios es lo que hoy mantiene con fuerza a la familia Tonello. "De otra manera, no se podría soportar", dijo, de manera contundente, Nora, la madre de la víctima. A lo que Eduardo acotó: "¿Cómo se puede soportar el asesinato de un hijo?".

Con la mente más fría, Eduardo consideró que, de no cambiar la idiosincrasia de la sociedad, "la que, por ejemplo, sigue comprando cosas robadas", con el transcurso del tiempo "los hechos van a ser cada vez más violentos".

"Tenemos paz porque Pablo era un hijo de Dios", resumieron los padres del joven."

"NO QUIERO QUE A LEONEL LE CORTEN SUS SUEÑOS"

"Es difícil que Leonel vuelva a caminar." Apenas el médico terminó de hablar, el corazón se le paralizó. Rubén Ferreyra pensó en su hijo de 18 años. La vida del joven dio un giro imprevisto por decisión de dos delincuentes que, por intentar robarle la moto, lo balearon en Campana a sangre fría y lo dejaron paralítico.

Desde el lunes pasado, Leonel, el único hijo de Rubén Ferreyra, permanece internado. "Está asumiendo su discapacidad, pero está muy lastimado psicológicamente", contó su padre.

La parálisis del joven afectó a toda la familia. "Tenemos que modificar la casa para que él pueda moverse en silla de ruedas y aprender, sobre todo, a ayudarlo para que una rehabilitación le devuelva la vida que unos ladrones decidieron cambiarle", dijo Rubén.

El hombre volvió a hacer hincapié en que a su hijo "le quitaron las piernas"; sin embargo, aseguró con voz firme: "Pero no quiero que le corten los sueños".

"NO ME VOY A CANSAR HASTA QUE SE HAGA JUSTICIA"

"A mí no me van a cansar. Voy a seguir hasta que se haga justicia", repite continuamente Edith, la madre de Mariano León. Trata de explicar con palabras el dolor que siente por presenciar cómo hirieron de muerte a su único hijo. También, dice que le duele la inacción policial y de las autoridades.

Según ella, el asesino fue identificado por los vecinos del complejo habitacional 4-5-6 de Ciudad Evita, en el partido de La Matanza.

Su hijo fue baleado el 17 de julio pasado, mientras estudiaba en su casa. Dos días después, los médicos que lo atendían decretaron su muerte cerebral. "Ni de su novia se pudo despedir...", dice su madre entre sollozos.

"Él quería salir del barrio. Siempre me decía que me iba a llevar a vivir a la Capital", recuerda. "En diciembre se iba a recibir de estilista. Hace tres años que trabajaba en una sucursal de las peluquerías Llongueras", dice orgullosa Edith...


Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1717324-padres-victimas-de-la-violencia-sin-freno

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